viernes, 29 de agosto de 2008

Mitos Chinos (


El chaulafan no existe. Cuando lo pedí en un restaurante, me miraron como animal raro, dado a que chaulafan en chino significa “sobras de los platos”.




En el viaje de Pedro Vincent por Asia, destaca que en China la igualdad de clases vaya hacia arriba (la riqueza) y no hacia abajo (la pobreza), como pretenden los socialismos trasnochados, de cualquier “siglo” (incluyendo el XXI).

Mitos Chinos

Mil disculpas por la obligada ausencia de la columna. Algunitos saben que estuve en la China con la delegación de empresarios privados ecuatorianos. Su objetivo: conseguir una reunión (en esas lejanías) con S.M. Rafico I, El Sonriente, para exponerle las dificultades y las incertidumbres que están padeciendo en materia laboral-salarial, tasas de interés bancario, exportación de flores y frutas, minería, temas aduaneros y las expectativas sobre el TLC que está en el limbo.

¿Por qué no en Ecuador? Ah, porque acá es prácticamente imposible lograr una audiencia en Carondelet, debido al círculo infranqueable que rodea al primer inquilino del Palacio... ¡Se lo dijeron de frente!

El man escuchó los requerimientos, sin disimular su sorpresa. Grabó en una mini lo que consideró importante. Y ofreció correctivos.

Pero (el infaltable), esta nota no tiene el propósito de hacer un seguimiento a la promesa presidencial. Tal, corresponde a los interesados. Aquí estamos para otra cosa: compartir los descubrimientos que hicimos en la China sobre sus mitos.

Para empezar, la República Popular China, como la conocemos acá, no se llama así allá, si no Zhonghuá Renmin Gónghéguó.

Las elecciones populares no existen. El presidente es designado por el Comité Central del Partido Comunista, entre los mandamases de su cúpula.

Tampoco la capital se llama Beijing, como antes. Ahora retornó a su nombre original: Pekín.

Todos los chinos y chinas visten a la usanza occidental. No vi un solo traje oriental, salvo en los almacenes de artesanías.

El chaulafan no existe. Cuando lo pedí en un restaurante, me miraron como animal raro, dado a que chaulafan en chino significa “sobras de los platos”.

La música tradicional es muy difícil encontrar. Los discos más vendidos son los de Julio Iglesias y de Michael Jackson.

No tienen los chinos un solo idioma. Hablan más de 30 lenguas, al punto de que han decidido hablar en inglés para entenderse mejor. De ahí que la señalética de las principales ciudades (Pekín y Shanghay) y los letreros de los negocios estén escritos en inglés y en mandarín.

Y lo más importante: Rafico I y su comitiva oficial (40 personas), tuvieron oportunidad de enterarse (en vivo y en directo) que en la tierra de Confucio, no existe el socialismo “puro”, al estilo Chávez (apaleado el domingo en las urnas venezolanas), sino... un socialismo-capitalista que consiste en procurar que todos los chinos tengan iguales oportunidades para progresar incentivando la iniciativa privada. O sea, que la igualdad de clases vaya hacia arriba (la riqueza) y no hacia abajo (la pobreza), como pretenden los socialismos trasnochados, de cualquier “siglo” (incluyendo el XXI).

Bueno sería que los asambleístas se den una vueltita por la China... antes de meter el retro.


Pedro Vincent Bowen
pedrovincent@yahoo.com
elnuevoempresario.com

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